Se cuenta que en la antigua tradición mexicana, se solía regalar un colgante llamado «Bola» a las muejres embarazadas. Esta «Bola» protegía a las embarazadas y a sus bebés y se decía que su sonido atraía a los ángeles de la guarda. Cuando una mujer está embarazada, madre y bebé comparten el mismo ángel de la guarda pero, una vez que el bebé nace, el llamador de ángeles debe ser de uso de la madre o del bebé exclusivamente.
Tras los 9 meses de embarazo, el llamador de ángeles puede colocarse en la cuna del bebé o en la puerta para seguir proporcionando protección, lo que hace que sea un regalo ideal para madre e hijo durante el embarazo.